sábado, 6 de febrero de 2021

La infamia que no cesa

 

Desde hace años y de forma recurrente se vierte ante la opinión pública una mentira, sabiendo que lo es. Esa es una falta absoluta de respeto, sobre todo a los propios votantes, a esos que se lo tragan todo, y una tomadura de pelo.

José María Ruiz Soroa ha escrito un artículo, que lleva el título: ¿De verdad quieren justicia?, en el que explica todo el proceso de la Ley de Amnistía de 1977, y que conviene guardar, porque los sinvergüenzas seguirán con la misma cantinela una y otra vez durante los próximos años, salvo que los votantes despierten de su letargo y no les voten más.

Reproduzco un fragmento del citado artículo: Esto es lo que había en la cárcel cuando en junio se celebraron las elecciones y se constituyó el Congreso: terroristas sangrientos. Aunque entonces se les llamaba «militantes vascos», «luchadores populares» o «chicos vascos antifranquistas». Los grupos parlamentarios vasco, catalán, comunista y socialista, así como la opinión de la calle, exigían la «amnistía total», incluidos esos presos o procesados. Y para ellos se proclamó la Ley de Amnistía de 1977, para esos únicos que quedaban en la cárcel, los terroristas de ETA y del GRAPO.

Fue Marcelino Camacho, en nombre del Partido Comunista, quien defendió esa Ley, que resultó ser un error monumental, puesto que los etarras amnistiados siguieron matando.

FJL dijo que Pablo Iglesias se enteraría de muchas cosas de su abuelo leyendo su libro, pero no creo que ni a él, ni a nadie le interesen. A él, porque prefiere la opción de inventarse lo que le da la gana; a los demás, porque lo que se sospecha del abuelo a partir de lo que se sabe es peor que lo que se puede averiguar.

De la titular del ministerio del Descaro, cuyo nombre oficial es de la Igualdad, cabe decir que es posible que pase a los libros de historia.

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