Franco
estaba muy atento al tamaño de los bancos. No le interesaba bajo
ningún concepto que adquirieran excesivo tamaño, ya que esto podía
suponer que tuvieran más poder que él, de modo que estaba muy
atento a sus movimientos y predijo, con varios decenios de
antelación, las fusiones que se iban a producir.
Que
alguien tuviera más poder que Franco podía costarle la vida a éste.
Una vez muerto por causas naturales, los políticos que le vienen
sucediendo ya no temen por su vida, sino por su modo de vida futuro.
Son conscientes de que en la política pueden durar mucho o poco, por
lo que se labran su porvenir tratando a los poderosos que el
desempeño de sus cargos políticos les pone a mano. Muchos ex
políticos están colocados en empresas del Ibex. Puede decirse que
el más tonto de los políticos hace relojes de madera. Y funcionan.
Los
políticos no temen que un empresario tenga más poder que ellos,
pero ocurre que los ciudadanos votan a los políticos para que éstos
tengan el poder. Y no lo tienen, porque lo han entregado, o se lo han
dejado arrebatar.
Ha
salido publicado en la prensa que De la Vega, cuando era
vicepresidenta del gobierno, paro personalmente una investigación de
Hacienda a Botín. Y nadie ha dicho nada.
Un
alto directivo del Santander fue condenado en firme a pasar un tiempo
en la cárcel, y pese a ello siguió en su cargo. Pero si un empleado
de a pie del mismo banco hubiera sido condenado a un solo día de
cárcel es dudoso que se le hubiera permitido seguir en la entidad.
A
pesar de los graves delitos por los que fue condenado y de que no
podía alegar que los cometió por ignorancia, fue indultado por
Zapatero.
Botín,
ahora, ha colocado a Rato en el Santander, a pesar de su nefasta
gestión en CajaMadrid y Bankia y de que está imputado.
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