El
partido socialista valenciano tuvo el poder absoluto en la Comunidad
Valenciana. Los socialistas sentían invulnerables y se mostraban
prepotentes ante los demás, a los que consideraban incultos y
antidemócratas, o no suficientemente demócratas.
Perdieron
esa hegemonía porque ante los nacionalistas catalanes se mostraban
genuflexos. A la gente no le gustó eso y dejó de votarles. Desde
entonces, han estado desaparecidos en combate. El PP no ha tenido
oposición y ha cometiendo burradas, una tras otra. El caso es que
con los impuestos se paga a los políticos en el poder y también a
los de oposición. Unos lo hacían mal y los otros no estaban, porque
no lograban conectar con la gente.
Lo
correcto sería que los socialistas se disculparan por no haber
sabido impedir todos esos desmanes que tienen asfixiados a los
valencianos. Pues no. Se están relamiendo porque vislumbran que
gracias a eso pueden volver a las andadas. Otra vez la mala sombra
catalanista, que no catalana, planea sobre los valencianos.
¿Qué
tiene que ver el socialismo con el nacionalismo? Pues nada, pero por
ahí andan los listos esos, intentando la cuadratura del círculo.
El
diario El Mundo ha sacado hoy una información sobre las groseras
manipulaciones históricas de los nacionalistas catalanes. Su
director les refrescó la memoria el domingo pasado sobre los hechos
históricos de la llamada Guerra de Sucesión. Pero estas cosas las
vienen contando en Valencia Juan Ignacio Culla Hernández y otros
desde hace mucho tiempo. Ellos tienen muchas pruebas de la cara dura
de algunos.
A
quienes engañan estos que tergiversan la historia de un modo tan
burdo es a los catalanes, y lo hacen para tenerlos entretenidos en un
sueño, mientras los embaucadores se lo pasan en grande.
Las
burradas del PP en la Comunidad Valenciana han dado lugar a que lo
que Marjaler, un valenciano de pro, llama los pastisos catalans,
reverdezcan por estos lares. Pasteles amargos y malolientes.
No
conviene olvidar que cuando todo va mal aún puede ir peor.
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'
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