La
utilización de los sentimientos en la política es un fraude a los
ciudadanos. Mediante el uso del resorte emocional se induce a los
ciudadanos a que actúen en contra de sus propios intereses.
Si
para participar en la manifestación catalana de ayer hubiera sido
necesario aprobar previamente un examen compuesto por cuatro o cinco
preguntas sobre historia no hubiera podido ir nadie. Si además
hubieran tenido que explicar los motivos por los que odian al resto
de los españoles el fiasco hubiera sido todavía más rotundo.
El
eje de cualquier organización política debería ser la persona, y
todo debería estar pensado para satisfacer del modo posible sus
necesidades. La utilización de los sentimientos permite que sean las
personas las que estén al servicio de las organizaciones, en las
cuales hay unos individuos que mandan y manejan los fondos.
Si
dos pueblos, merced al crecimiento, llegan a juntarse lo lógico es
que se fusionen. Eso es lo mejor para los ciudadanos de ambos
pueblos. Con ello se ahorran costes y se aprovechan mejor los
espacios. Pero el número de políticos se reduciría a la mitad y
aquí surge el problema, porque empiezan a hablar de la historia, que
algunos no dudan en falsear, y las pobres gentes creen que con la
fusión van a perder algo y optan por oponerse. También es frecuente
que se azuce el odio al pueblo de al lado, y al final los votan por
pagar el doble de lo que deberían pagar.
No
se entiende que los partidos políticos españoles no hayan sido
capaces de ordenar la fusión de todos que están pegados entre sí.
Tampoco
se entiende que no hayan sido capaces de suprimir las diputaciones.
Tuvieron sentido en el franquismo, pero en el Estado de las
Autonomías su función podría ser desempeñada perfectamente por
una Dirección General de la consejería de la Gobernación o de la
Presidencia.
Lo
que ocurre es que si se hiciera eso se ahorraría dinero a los
ciudadanos, pero los partidos tendrían menos cargos para repartir.
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'
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