No
es necesario aclarar que no se trata de que se haya encontrado un
botín en la capital del mundo, sino que un señor que se llama Botín
se ha desplazado hasta allí, para llevar a cabo algún negocio suyo
y los periódicos españoles, a pesar de que podían imaginar con
ligero margen de error lo que iba a decir, han enviado a sus
corresponsales a cubrir el evento.
El
personaje dejó claro que su banco es uno de los más importantes y
poderosos del mundo. Si eso lo llega a poder decir en tiempos de
Franco, a éste le hubiera dado un sofoco, y hubiera pensado
enseguida en el modo de trocearlo, para reducir su tamaño.
A
los políticos de ahora no les importa que algunos bancos tengan más
poder que el gobierno. Franco miraba por sus propios intereses y, por
tanto, no le convenía que nadie tuviera más poder que él. Los
políticos actuales deberían velar por el interés de los
ciudadanos, que los han elegido y tampoco deberían consentir que
nadie tuviera más poder que el gobierno. Pero ya se ve que también
miran por su interés particular: aspiran a colocarse bien en una
empresa del Ibex.
Tienen
tanto poder los bancos que los periódicos han enviado a sus
corresponsales para hacer publicidad a un banco.
Todas
estas cosas hay que pagarlas. Se avecina una gran subida de
impuestos, municipales, estatales, regionales, etc. Se avecina una
subida de tasas bancarias, comisiones nuevas, etc. Hay que pagar por
ponerse enfermo, también por morirse. Sube la luz, sube el gas, sube
el agua, sube el pescado. Todo esto para los ciudadanos.
El
mundo de los bancos es otro, evidentemente. El señor Botín dice que
llega el dinero por todas partes. Y los periodistas que le han
acompañado han hecho crónicas triunfales. Querido Botín, escribió
uno que era juez.
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
No hay comentarios:
Publicar un comentario