El
tercer presidente de la democracia española, que posiblemente sea la
persona que más poder ha tenido jamás en España, no sólo por el
número de votos que obtuvo, sino también por la fe que depositaron
en él millones de personas, ha dado a pie a que se pueda completar
la más conocida frase de Lord Acton.
Ahora
ya se puede decir El poder tiende a embobar. Tengo escrito
que Adolfo Suárez pudo llevar a cabo la Transición gracias a unas
cualidades suyas que no son muy frecuentes. Sus colaboradores no las
tenían, motivo por el cuál no las podían reconocer y como
consecuencia conspiraron contra él.
Felipe
González tampoco se percató de esas cualidades de Adolfo Suárez.
¡Qué se iba a percatar! Las propias de él, en el caso de que se
las quiera reconocer como cualidades, son muy comunes. Y como
consecuencia todo el mundo las valoraba y las envidiaba y hasta sus
próximos le conocían como 'dios'.
Felipe
González se ha inventado una Fundación para el estudio de su propia
persona. Quizá quienes cobren por ello se recreen en su facilidad de
palabra, esa que le permitía hablar durante mucho tiempo sin decir
nada, en el mejor de los casos. También decía sandeces. Lo más
peculiar de sus peroratas era la malicia, porque las hacía
entretenidas.
Para
valorar su sentido del deber, basta con tener en cuenta que no movió
ni un dedo para averiguar quién es el señor X que determinaron los
jueces, siendo éste un asunto crucial para la democracia española.
Tampoco supimos jamás quién difundió los datos confidenciales del
juez Marino Barbero, otro asunto candente para los auténticos
demócratas. Otro asunto que explica a este personaje tan pagado de
sí mismo es la expulsión de Alonso Puerta del PSOE. Y la llegada de
José Luis Rodríguez Zapatero.
Felipe
González fue un señor muy importante en esta democracia española
que va de fracaso en fracaso, de decepción en decepción. Y el
propio PSOE está hundido. Pero él no se siente responsable de nada.
A
Isaac Newton las manzanas le sirvieron para descubrir la ley de la
gravedad. No sé lo que le pudieron inspirar a Felipe González, pero
su mujer acabó harta de él. Quizá como mérito parecido pueda
alegar que encontró y difundió el método para descubrir a los
votantes de derechas. Debe de sentirse igual de orgulloso.
'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Cien palabras'
'La caída de Madrid'
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
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