viernes, 4 de octubre de 2013

El ansia de convertir al PP en el enemigo

Cualquiera que quiera intentarlo encontrará en este blog constantes críticas a gentes del PP. Incluso me referí a sus componentes, en la tertulia de radio en la que participaba, como los de la gomina.
Pero si se trata de elegir entre la Eta y el PP no tengo dudas. Prefiero mil veces antes a cualquiera del PP. Llevo mucho cuidado para evitar que se me acerque nadie que esté relacionado con los partidos proetarras. Tampoco quienes les “comprenden”. O sea, que Jesús Eguiguren u Odón Elorza pueden ahorrarse los trámites, si habían pensado en ello. Supongo que no; ellos tienen otras preocupaciones e intereses. Mejor así, pienso yo.
Esos que algunos magistrados del Constitucional han permitido estar en las instituciones españolas, a pesar de que van claramente contra ellas, han dado en insultar y permitir que se insulte a los diputados del PP. Uno de esos que no sabe que es indecente lo que hacen, porque desconocen lo que es la decencia, cosa que les permite pertenecer a un partido de esos que no deberían estar, llamó fascista a un diputado popular. Concretamente, a Borja Sémper. Y la presidenta de la Cámara alegó que no lo había “escuchado”.
Ya se ve hasta qué extremos ha llegado la degradación. Aquellos miembros del Constitucional probablemente duermen a pierna suelta todas las noches, porque “tienen la conciencia tranquila”. Cumplieron su misión.
En ese intento por convertir al PP en el enemigo es indudable que no faltarán “españoles de bien”. Cualquier cosa que haga el PP es considerada un horror. Sin embargo, los mismos que se echan las manos a la cabeza por cualquier iniciativa que tome el gobierno popular, eran capaces de comprender que Zapatero cargase en las nóminas de los funcionarios las consecuencias de su nefasta gestión. Hay muchos “españoles de bien” capaces de pedir el diálogo con Eta, pero que al PP “ni agua”.

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