Cualquiera
que quiera intentarlo encontrará en este blog constantes críticas a
gentes del PP. Incluso me referí a sus componentes, en la tertulia
de radio en la que participaba, como los de la gomina.
Pero
si se trata de elegir entre la Eta y el PP no tengo dudas. Prefiero
mil veces antes a cualquiera del PP. Llevo mucho cuidado para evitar
que se me acerque nadie que esté relacionado con los partidos
proetarras. Tampoco quienes les “comprenden”. O sea, que Jesús
Eguiguren u Odón Elorza pueden ahorrarse los trámites, si habían
pensado en ello. Supongo que no; ellos tienen otras preocupaciones e
intereses. Mejor así, pienso yo.
Esos
que algunos magistrados del Constitucional han permitido estar en las
instituciones españolas, a pesar de que van claramente contra ellas,
han dado en insultar y permitir que se insulte a los diputados del
PP. Uno de esos que no sabe que es indecente lo que hacen, porque
desconocen lo que es la decencia, cosa que les permite pertenecer a
un partido de esos que no deberían estar, llamó fascista a un
diputado popular. Concretamente, a Borja Sémper. Y la presidenta de
la Cámara alegó que no lo había “escuchado”.
Ya
se ve hasta qué extremos ha llegado la degradación. Aquellos
miembros del Constitucional probablemente duermen a pierna suelta
todas las noches, porque “tienen la conciencia tranquila”.
Cumplieron su misión.
En
ese intento por convertir al PP en el enemigo es indudable que no
faltarán “españoles de bien”. Cualquier cosa que haga el PP es
considerada un horror. Sin embargo, los mismos que se echan las manos
a la cabeza por cualquier iniciativa que tome el gobierno popular,
eran capaces de comprender que Zapatero cargase en las nóminas de
los funcionarios las consecuencias de su nefasta gestión. Hay muchos
“españoles de bien” capaces de pedir el diálogo con Eta, pero
que al PP “ni agua”.
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