Hace tanto tiempo que muchos ni lo han visto, hubo un cómico argentino en la televisión, Joe Rígoli, que siempre terminaba sus programas con la coletilla ‘yooo sigooo’. La gente se ría con él, digo esto porque duró mucho en la programación.
Mucha menos gracia, o sea, ninguna, tiene esa Mónica Oltra cuya incompetencia es manifiesta. Vivimos tiempos difíciles, con un paro creciente, empresas en quiebra, miedo al porvenir y se derrochan grandes cantidades de dinero pagando sueldos a gente que no se los gana, como es el caso de este personaje, subvencionando entidades catalanistas, corrompiendo medios para que pongan el palito en la ‘e’ de Valencia, ¡si los fundadores romanos levantaran la cabeza…!, ¡que feo resulta el nombre de la ciudad con el palito!, y manteniendo entidades cuya única finalidad da risa, porque consiste en hacer que los valencianos hablen un dialecto extraño. Hay gilipollas que creen que es posible. Que Santa Lucía les conserve la vista.
Hambre y miedo por un lado y catalanismo perdedor y derrochador por el otro. Nada hay más derrochador en España que el catalanismo, ya vergonzosamente autoderrotado, pero todavía con capacidad para derrochar y hacer el mal. La torpeza y la imbecilidad de Camps le ha dado ocasión de vengarse de los valencianos.
Mónica Oltra es uno de esos peones de los que se sirve el catalanismo para hacer el mal en el Reino de Valencia. Compite con Chimo Puig en este aspecto. Ella siempre pide responsabilidades a los demás, pero nunca reconoce sus propias y evidentes culpas. Le sobra cara dura para no asumir sus responsabilidades y sabe que ni Chimo Puig, ni el propio partido de ella la van a echar haga lo que haga, o deje de hacer. Luego se quejan los de la extrema izquierda de la inmunidad del Rey que establece la Constitución, pero de la que gozan ellos no dicen nada.
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‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
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‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
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