sábado, 20 de julio de 2024

El arte de desmontar bulos

 

Cuando algún panfleto, o envidioso, lanza un bulo sobre Ayuso, lo cual viene sucediendo con frecuencia, ella simplemente dice la verdad y con ello se acaba el asunto.

Es cierto que los panfletos insisten una y otra vez, convencidos de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. No tienen en cuenta que los altos ideales que albergó el corazón de Don Quijote siguen muy vivos en España, algo que Ayuso, de forma natural o calculada, sí tiene en cuenta. Y le va bien.

En cambio, Pedro y Begoña, han de recurrir a la protección policial. A Pedro, por cierto, se le presenta un problema muy gordo­: ha sido citado a prestar declaración ante el juez como testigo, y estos tienen la obligación de decir la verdad. Y esa es la cuestión. Entre la verdad y Pedro hay una barrera muy alta, muy difícil de saltar. Tendrá que haber una ambulancia preparada y un equipo médico especializado. Si se le escapa una verdad, queriendo o sin querer, le puede dar un pasmo gordo.

Begoña dice que las acusaciones que penden sobre ella son bulos. Pero no han aparecido en ningún panfleto, como en el caso de Ayuso, sino que se trata de denuncias puestas en los juzgados. Y el juez Peinado le ha proporcionado a Begoña la posibilidad de desmontar esos bulos. No tenía más que explicar en qué consisten sus negocios y sus mañas. Pero no ha querido aprovechar la ocasión y ha optado por callarse, con lo cual las investigaciones tendrán que seguir su curso, ahora a través de otras personas que no tendrán derecho al silencio, sino que no tendrán más remedio que decir lo que sepan. Los panfletos ahora se dividen en dos, los que intentan desacreditar y amedrentar al juez Peinado y los que optan por ensañarse con el futbolista Carvajal.

Desmontar un bulo es fácil, negar la verdad cuesta más.

Esos libros míos

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