En la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, el presidente del gobierno inventa un chiste muy malo sobre la ruptura de Vox con el PP. Lo cuenta de forma muy cruel y con mayor torpeza. Los norcoreanos ríen y aplauden. Él también ríe abiertamente, con esa risa que parece de psicópata.
Los llaman los norcoreanos por la sumisión que muestran al Kim Jong-un español. Otros le llaman Ceaucescu.
Pues esos norcoreanos y esas norcoreanas que no son capaces de decirle a Sánchez que se comporte con la compostura que merece su cargo, critican a Carvajal, que es un futbolista, por no mirarlo a la cara cuando le estrechaba la mano.
¿Por qué lo tenía que mirar? Este gobierno está perjudicando a todos los españoles, a los que lo votan y a los que no, en todos los órdenes.
Además, un tipo que para gobernar se apoya en golpistas, terroristas, caraduras y haraganes, no representa a nadie más que a sí mismo.
El Rey representa a todos los españoles, ese papel se lo otorga la Constitución, y lo desempeña con gran dignidad y elegancia. Algunos nos damos cuenta y estamos orgullosos de eso. Otros demuestran que no se ha hecho la miel para la boca del burro.
Sánchez, en cambio, es el presidente del gobierno más maleducado del mundo. Los hay que son igual de maleducados que él, pero más no lo es ninguno.
Y este presidente tan maleducado siempre siempre que está cerca de Felipe VI hace el ridículo, se comporta como un patán, le falta al respeto y los norcoreanos y norcoreanas no le hacen ningún reproche.
¿Por qué a Carvajal sí? ¿Por qué un futbolista ha de tener unas obligaciones que no se le exigen a un presidente del gobierno?
Hubo socialistas que se sentirían abochornados con este espectáculo. Los que quedan en el partido ya se ve que permitieron que se les castrara intelectualmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario