Según
varios medios, el ministro de la cosa, del que no cabe descartar que
tenga muy contento a Rajoy, ha dicho que pretende consolidar a ese
sector económico.
He
aquí pues que un ministro, para satisfacer a unas sociedades
anónimas, les entrega parte de un bien común y además dinero del
Estado.
La
forma de privatizar que tiene el PP no se puede considerar como
rentable para los ciudadanos, en beneficio de los cuales,
supuestamente, se hace.
En
la Sanidad, por ejemplo, el único riesgo que corren las empresas es
que luego la Autonomía en la que se desenvuelven no pague las
cantidades acordadas en un plazo prudencial. Fuera de esto, el
negocio es seguro. Aparte de que la forma de otorgar las concesiones
quizá no sea todo lo democrática que debiera. En esta España de
hoy en la que los partidos políticos lo controlan todo es difícil
dar por bueno lo que se hace.
Es
posible que la Sanidad privada sea más eficiente que la pública,
pero la que nos 'recetan' en España, más que Sanidad privada habría
que catalogarla como chollo para las empresas privadas que la
gestionan.
La
privatización de la Seguridad parece ir por los mismos derroteros.
En lugar de habilitar un marco jurídico para que se desenvuelvan, se
les regalan competencias del Estado y luego las contrata el mismo
Estado.
Este
gobierno de Rajoy favorece a unos y se desentiende de otros, o les
castiga. Han cerrado muchas empresas y negocios, porque no han podido
resistir la crisis. Se ha despedido a muchos trabajadores, y a lo
mejor si no se hubiera abaratado el despido no hubieran sido tantos.
No me extrañaría que muchos empresarios hubieran puesto a buen
recaudo el dinero que se han ahorrado en los despidos que han llevado
a cabo.
No
contento con favorecer a los bancos y a las grandes empresas, ahora
favorece a este sector, cuyos dueños de las empresas más
importantes acaso tengan buenas relaciones con el PP.
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