En
enero subirá la luz, quizá el 2,3 por ciento, y parece ser que nos
hemos de alegrar por tan 'exigua' subida, después de que se nos
asustara anteriormente con una muchísimo más grande, tan grande que
moralmente era delictiva.
Y
no podemos alegrarnos porque a los precios actuales la energía
eléctrica es un artículo de lujo, fuera totalmente del alcance de
muchas familias. ¿Cómo puede ser que llegado el invierno no se
pueda poner la calefacción? Y tal como están las cosas actualmente,
se consuma lo que se consuma, la compañía eléctrica se lleva un
buen bocado. El recibo mínimo de la luz ya es desorbitado.
En
democracia, a la que tan poco acostumbrados estamos los españoles,
incluidos los políticos, los ciudadanos votamos a una serie de
personas para que cuiden de los intereses generales. O sea, de los
intereses de todos, no de los generales. Y estos tipos que se
alternan en la gobernación del país interpretan que han de cuidar a
los oligarcas, para que luego los coloquen a ellos. Hay una gran
cantidad de expolíticos españoles colocados en las eléctricas,
pero no cobrando el salario base, sino algo más. Cabe la posibilidad
de que por estar en nómina de esas compañías, lo de que trabajan
'se supone' nada más, disfruten de una tarifa especial. Es decir,
que por un precio módico puedan andar en bañador por casa en
invierno, mientras un jubilado con la paga congelada se tenga que
envolver en mantas si no quiere congelarse él también.
¿Qué
hacen los políticos por los ciudadanos cuando están en activo? Pues
caerles bien. Sonreír y prometer...Lanzar consignas sectarias y
eslóganes hueros. España es el país de los eslóganes y las
consignas. El país de los tontos que siguen a cualquier animal que
nos lleve a la ruina. Y no estoy pensando en nadie en concreto, sino
en una casta toda entera, dentro de la cual unos son Mas animales que
otros.
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