No
tengo nada contra ninguno de esos seres maravillosos, cada uno en un
país distinto, que traen regalos a los niños en unas fechas
determinadas. Cuestión distinta es la de ese que se han inventado
los nacionalistas vascos, pero esa otra historia, risible y dramática
al mismo tiempo.
Tengo
para mí que la imitación, a la que tan proclive es el género
humano, funciona bien cuando se lleva a cabo de forma inconsciente.
Lo que ocurre es que en este caso el proceso es muy lento y esta
lentitud hace que sus efectos sean duraderos. Cuando se hace de forma
consciente se suelen imitar cosas innecesarias o no aconsejables.
Los
países en los que Papá Noel, también conocido como Santa Claus,
ejerce su influjo benéfico tienen otras costumbres dignas de
imitación y, sin embargo, muchos padres españoles han dado por
adoptar a este personaje, pensando en los niños, pero sin tener en
cuenta a los niños. Aducen razones prácticas: los niños pueden
disfrutar de los juguetes durante las vacaciones. Olvidan que los
niños disfrutan de las vacaciones con o sin juguetes; son los padres
los que disfrutan viendo jugar a los niños con los juguetes que les
han comprado.
Ocurre
que los pequeños viven entre adultos. Éstos, frecuentemente, tienen
vocación castradora y alienante, sólo que no lo saben. Los niños,
para sobrevivir en ese mundo que a menudo trata de impedirles que
sean niños crean un espacio lleno de fantasía e ilusión y se
instalan en él. En España, la cumbre de ese mundo infantil está
ocupado por los Reyes Magos. Cada niño español sabe que ellos lo
saben valorar y entender. Cuando un niño se siente incomprendido por
este, por aquél, o por el otro, se refugia en los Reyes Magos. Ellos
sí que saben quién es.
Y
ahora les meten otra figura fantástica en el pensamiento. Un niño
de seis o siete años ya tiene suficiente capacidad lógica para
percatarse de que no puede ser que haya Papá Noel y Reyes Magos a la
vez. Pero no se percatan ni los de nueve porque no les conviene. Su
instinto de supervivencia les protege. Necesitan creer en un ser
mágico.
'El amor no es un verso libre'
'Figuraciones mías'
'Fuga y contrapunto'
'Pasos de baile y otros relatos'
'El crimen de la calle El Salvador'
'Creciendo juntos'
'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
'Figuraciones mías'
'Fuga y contrapunto'
'Pasos de baile y otros relatos'
'El crimen de la calle El Salvador'
'Creciendo juntos'
'Iluminados y perversos'
'Cien palabras'
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