Se
me ha dicho que en el País Vasco hay 'muuucha gente muy buena'. Y lo
que yo veo es que Consuelo Ordóñez y Maite Pagazaurtundua, por
citar sólo a dos, han tenido que irse de allí; que las víctimas
del terrorismo no encuentran amparo en la sociedad y que, en cambio,
abundan los desalmados que se manifiestan en favor de los
terroristas.
Hay
uno en esa Comunidad Autónoma, que lleva una ensaimada en la cabeza
y que se llama Anasagasti, que al escribir el obituario de un gran
periodista recientemente fallecido dio en escribir Manu Leginetxe,
añadiendo 'O Leguineche como él ponía'. Aprovechó la ocasión
para dar a conocer que en su pueblo se le conocía como Cara Culo.
Anasagasti en estado puro.
Resulta
que otro de esos 'ejemplares' vascos, entre los que también se puede
contar a Eguiguren, que nunca se tendrá que ir de ahí, es Otegui.
Este ejemplar, o sujeto, o como se le quiera llamar, teme que Bildu
pierda votos y teme que los pierda por algunas decisiones sobre la
basura o los toros.
He
aquí, pues, qué cosas preocupan a los votantes de estos partidos a
los que
Pascual
Sala, Eugeni Gay, Luis Ortega, Pablo Pérez Tremps, Adela Asua y
Elisa Pérez Vera,
componentes
del Tribunal Constitucional, desautorizando al Tribunal Supremo,
permitieron
concurrir a las elecciones. Hubo
gente que se alegró mucho. Iñaki Gabilondo, por ejemplo. Supongo
que también los
Escolar, aunque me da pereza comprobarlo.
Es
obvio que en España no se entiende muy bien el concepto de la
democracia, sin duda que por falta de práctica. Y
el hecho de que no se conozca bien este concepto hace que también se
confundan otros y
se mezclen cosas que no pueden ir juntas, como socialismo y
nacionalismo. Supuestamente,
los votantes de Bildu son ambas cosas, pero, sobre todo, son algo
peor. El
calificativo lo
puede poner cada uno.
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