Se
ha puesto de moda la utilización, como argumento de autoridad, que
tal o cual cosa las defiende la derecha, dando por supuesta la bondad
de la izquierda. Como si dijera: yo soy bueno.
Sin
embargo, el movimiento se demuestra andando. Fue Patxi López, uno de
la izquierda, quien despreció de forma gratuita e innecesaria a
María San Gil, del PP. Y no fue Nicolás Redondo Terreros quien
protestó, sino que lo hicieron Rosa Díez, Maite Pagazaurtundua y
Fernando Savater y otros tres más. El PSE, el partido de los
supuestamente buenos, reaccionó invitando a dejar el partido a los
militantes que habían firmado la carta.
Fue
Pilar Ruiz Albisu la que escribió una carta
al citado Patxi López, en la que figuran unas palabras que se
han hecho famosas: «dirás
y harás muchas más cosas que me helarán la sangre, llamando a las
cosas por los nombres que no son.»
Nicolás
Redondo Terreros escribió un artículo titulado 'Miedo a la
victoria', que
merece que se le replique con la citada frase de Pilar Ruiz Albisu.
Al
final, va a resultar que se puede decir de Patxi López y Nicolás
Redondo Terreros aquello de tanto monta, monta tanto.
Miedo
a la victoria dice el sujeto. Un demócrata no quiere la victoria. Lo
que quiere un demócrata es que se respeten las leyes y que quienes
no lo hagan vayan a la cárcel.
Lo
que quiere un demócrata es no tener que avergonzarse ante las
víctimas del terrorismo. Lo
que quiere un demócrata es que las víctimas del terrorismo, en
cuanto a tales, se sientan apoyadas y reconocidas por la sociedad.
Cuestión
distinta es cuando actúen de modo particular.
La
sociedad no se divide en derechas (malos) e izquierdas (buenos), sino
entre gente que tiene vergüenza y gente que no la tiene.
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