Los
socialistas catalanes deberían saber que no se puede sorber y soplar
al mismo tiempo. Claro que si leen los periódicos subvencionados no
se van a enterar nunca.
Los
periódicos subvencionados ya se sabe que son capaces de hacer
editoriales conjuntos, sin que se sonroje nadie, ni siquiera Enric
Juliana.
Que
a los nacionalistas les parezca bien es lógico. Ya se sabe
nacionalismo y democracia son términos contrapuestos. La democracia
tiene como base el respeto al prójimo y el nacionalismo, como la
realidad demuestra, el desprecio al prójimo. Lo propio de los
nacionalistas es imponer su criterio, hacer valer su supuesta
superioridad, etc., aunque todo eso lo pueden disfrazar llamando a
las cosas por nombres que no son, en feliz expresión de Pilar Ruiz
Albisu.
Lo
de los socialistas es peor. El socialismo y el nacionalismo son
claramente incompatibles. No se puede ser una y otra cosa a la vez.
Los socialistas catalanes deberían hacer examen de conciencia y si
se dan cuenta de que en realidad son nacionalistas se tendrían que
inscribir en un partido de este signo, o votar por el. El socialismo
es de vocación universal y el nacionalismo es local.
Aunque
se trate de dos ideologías incompatibles hay gente que las profesa
las dos, lo cuál significa que no lo hace de forma racional, sino
que se adapta a su entorno. Si lo que resulta conveniente en Cataluña
para no parecer marciano es ser nacionalista, pues se es, pero sin
renunciar al socialismo, y así las buenas gentes tienen a salvo su
conciencia. ¿Cómo iban a dejar de ser socialistas? ¿Y qué es el
socialismo? Pues cualquier cosa que convenga a los socialistas. No
hay problema.
Si
alguien espera que Rubalcaba ponga orden puede armarse de paciencia y
esperar a que pasen los días, los años y hasta los siglos.
¿Cómo
es posible que este partido que tuvo una influencia determinante en
la redacción de la Constitución la viole tanto? La fidelidad a los
principios no parece muy importante para esta gente.
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