miércoles, 3 de octubre de 2018

Me extrañaba de Torrent

Ya sabemos que Torrent es el braz tont del parlament, o sea, del parlamento regional catalán, pero no es tonto del todo y tiene puesta una barandilla un poco antes de llegar al abismo, al que se asoma de vez en cuando, pero bien agarrado. Ya dijo, en unas declaraciones que hizo a la prensa, que no se imaginaba en la cárcel.
Del demente y racista Torra se puede decir algo similar. También es muy aficionado a montar numeritos, más grotescos incluso, pero de los simulacros y las palabras no pasa.
Por eso causó tanta perplejidad que el parlamento regional antes citado desafiara al Tribunal Supremo; la realidad vino poco después, sí que acata al Supremo, pero lo hace de modo que parezca que no. En definitiva, se trata, por parte suya, de engañar a sus propios votantes, de aprovecharse de que no están muy bien de la cabeza para hacerles creer lo que no es.
Torra, en cuya persona coexisten la maldad y la demencia, sabe que si en lugar de Sánchez hubiera otro presidente del gobierno es muy probable que tuviera las cosas más difíciles, por lo que lo ha venido manteniendo hasta el momento, aunque amenazara con lo contrario, pero ahora se ha dado cuenta de que seguramente tiene los días contados. Entre el fraude de su doctorado, los sucesivos escándalos de sus ministros y las informaciones que va proporcionando Villarejo se está configurando una amenaza muy difícil de superar. No terminan ahí las cosas, porque el deterioro económico causado por un gobierno tan desastroso al que empujan unos aliados nefastos puede ser la puntilla para alguien que jamás debió llegar a la presidencia de España.
A la vista de su caída parece inevitable, Torra querrá sacarle todo lo que pueda antes de que se produzca. Dadas las características personales de ambos, Torra y Sánchez, la situación es peligrosa para los españoles.

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