No sé lo que pensaría en la intimidad, pero en su faceta pública fue un firme bastión contra el catalanismo, al que se opuso con gran solvencia intelectual. Seguramente, lo mataron por eso.
Si no lo hubieran asesinado, seguramente el Muy Honorable Pujol, al igual que hizo con la de Vidal-Quadras, le habría exigido su cabeza a Aznar.
Defendió con ahínco el uso del dígrafo ‘ch’, tan presente desde siglos atrás, en el habla de los valencianos: che, chufa, horchata. Los catalanistas donde lo ven lo sustituyen inmediatamente por la equis, aunque sea a martillazos, como en Marchalenes.
Las figuras públicas son patrimonio de todos. Yo tengo derecho a interpretar que Joseba Pagazaurtundúa fue asesinado a causa de la firmeza con que defendía sus ideales, y escribirlo, sin necesidad de pedir permiso a sus familiares.
Que los socialistas han traicionado a las víctimas está fuera de duda. Me refiero a los que conservan el carnet, a los que siguen viviendo del Presupuesto. Independientemente de lo que piensen algunas víctimas. Desde Sócrates, que lo demostró, sabemos que los conceptos son inmutables. Otra cosa es que la izquierda de hoy ignore estas enseñanzas y piense que la verdad es lo que la mayoría cree que es la verdad. Pues no, la verdad padece, pero no perece. La verdad es la que es y por mucha propaganda con la que se la quiere enterrar le echen encima, seguirá siendo la verdad.
La gente que se siente amparada por la masa se atreve a todo, otra cosa es que a solas se atreviera a defender su postura ante alguien que sabe.
La sociedad española no se ha sabido defender de ETA, porque los líderes políticos tampoco han sabido (hasta se llegó a fundar el GAL) y porque la ley se ha mostrado claramente insuficiente contra el terrorismo (tan insuficiente que hasta se homenajea a los terroristas públicamente).
El hedor es insoportable, pero los hay que se han acostumbrado a él.
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