Hubo una foto en la que, entre otras personas, estaban Felipe VI, Sánchez y Calviño. El Rey ha demostrado tener una educación esmerada, inteligencia, valor y saber estar. El presidente es un inútil, caprichoso y maleducado, que lo único que hace bien es traicionar, y a esto último le llama resistencia, o sea, que es cortito. Bueno, pues Calviño, a quien miraba con embeleso era a Sánchez.
Siempre, en todo momento y ocasión, mira con embeleso a Sánchez. Su gestión como ministra ha sido catastrófica. En cierta ocasión se negó a salir en una foto, porque todos los demás que iban a aparecer en ella eran hombres.
Es difícil entender que se la considere inteligente y bien preparada. Si fuera inteligente se habría dado cuenta de Sánchez no lo es. También habría guardado las formas y mantenido la compostura. Eso de que se la caiga la baba mirando a un felón es ridículo.
Lo que ha demostrado es que lo que sabe hacer bien es la pelota. Y si vino con buen cartel de la UE no puede ser más que porque en el mundo hay mucho memo narcisista que en cuanto lo adulan un poco ya pierde la noción de las cosas.
Pero tonta no es, así que se ha dado cuenta de que el actual gobierno Frankenstein es un avispero en el continuar iba a suponer ir de sobresalto en sobresalto y tener que aguantar el malhumor de Sánchez todo el tiempo, así que se ha largado.
No hará mucho daño en el sitio en el que se ha buscado acomodo, sirviéndose de las artes que le han permitido vivir a cuerpo de rey hasta ahora. No hará mucho mal, por la sencilla razón de que no hará nada, sino que dejará que los técnicos se encarguen de todo, se atribuirá el mérito de todo lo que salga bien, y culpará a otros de lo que salga mal. La gente tan vulgar como ella es así.
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