Podemos
es un partido cuyo líder cobra cada mes un importe que quizá supere
lo que perciben un jubilado o un parado en un año. No obstante, hizo
una colecta popular para poner una querella que no es probable que
gane.
Y
alguien que defendía a Podemos dijo que Consuelo Ordóñez, Maite
Pagazaurtundúa y Rosa Díez son hipócritas, porque yo había
presumido de ser amigo de las tres. Es lo que hay.
A
Consuelo Ordóñez le mataron a su hermano los terroristas, y luego
trataron en vano de amedrentarla a ella, con las técnicas infames de
los etarras. A la vista de que no podían, amedrentaron a sus
clientes, y fue cuanto tuvo que abandonar su San Sebastián. ¿Cómo
se atreven a llamarla hipócrita?
Maite
Pagazaurtundúa ya necesitaba ir con escolta años antes de que
asesinaran a su hermano. Porque hablaba claro, al igual que Joseba y
Pilar Ruiz Albisu, su madre. ¿Cómo se atreven a llamarla la
hipócrita?
Rosa
Díez recibió en su casa un paquete bomba enviado por ETA, y
afortunadamente logró salir indemne. Su voz suena inequívoca en
contra del terrorismo y a favor de las víctimas. ¿Cómo se atreven
a llamarla hipócrita?
«¿De
qué víctimas hablas? Hay 50 o 60 asociaciones de víctimas». Igual
que dijo 50 o 60 podía haber dicho 5000 o 6000. Una atrocidad más
grande incluso que un atentado etarra es el menosprecio posterior a
las víctimas. Desautorizarlas y someterlas al olvido. Los etarras
han intentado conseguir esto desde el principio.
Yo
no hablaba de las asociaciones, cuyo número puede estar en torno a
las 15, principalmente porque muchas se constituyeron atendiendo a
razones de proximidad territorial, sino de víctimas.
Ya
no es posible olvidar a las víctimas porque hay un libro que se
llama Vidas
rotas, en el que se cuenta todo. En él queda explicada la
infamia de ETA, que nadie podrá borrar.
Y
hay otro libro, Mal
consentido, que me temo que los votantes de Bildu, ERC y Podemos
no serán capaces de leer. Quizá tampoco lo pueden leer los votantes
de CiU y el PNV.
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