jueves, 17 de julio de 2014

Hoy veré a Consuelo Ordóñez

La experiencia me demuestra que no todo el mundo se ha dado cuenta de que Consuelo Ordóñez es una mujer valiente, tenaz, insobornable, no manipulable, inasequible al desaliento, incansable trabajadora y dotada de una bondad que parece natural, pero que es seguro que pone mucho de su parte para tenerla.
Hay gente que no se ha dado cuenta de que posee esas cualidades, pero también hay personas que no las valoran y prefieren otro tipo de 'principios', por llamarlos así. En esta vida ha de haber de todo y cada cual elige lo que cree más conveniente.
En mi caso es obvio que profeso admiración por esta mujer y además le agradezco el esfuerzo que está haciendo en beneficio de todos los españoles a través de Covite. Algunos, con muy poco sentido de la realidad, pensarán que Covite trabaja exclusivamente en beneficio de un grupo concreto de víctimas del terrorismo. Están muy equivocados. La lucha por la dignidad y por la memoria de las víctimas beneficia a todos. Perjudica a ETA, la banda terrorista enemiga del pueblo.
Covite funciona gracias al esfuerzo desinteresado y agotador de sus componentes y dada la naturaleza de su labor resulta muy conveniente mostrar públicamente que se la respalda, para que los enemigos de la paz y la democracia, que son los etarras y sus simpatizantes, comprendan que no está tan sola como a ellos les gustaría. El modo de colaborar con Covite está aquí.
La veré esta tarde porque vendrá a la presentación del libro '1978. El año en que España cambió de piel', que correrá a cargo del insigne periodista Carlos Pajuelo de Arcos. Será a las 7 en Fnac San Agustín, que está en la calle de Guillem de Castro, números 9 y 11.
También ha de venir Guillermo Caballero Martínez, el hombre que años atrás fue capaz de enfrentarse a un atracador que manejaba una navaja de grandes dimensiones.


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