viernes, 7 de diciembre de 2018

‘Antifascistas’

Se autodenominan antifascistas, los medios subvencionados les apoyan en este punto, como en todos los demás, y los periodistas bobos adoptan esta denominación que no se sustenta en ningún hecho, sino que sus actuaciones contradicen esta pretensión.
Pero así está el patio. Que Torra llame fascista a alguien causaría risa, si no fuera por el cargo que ocupa, bien pagado con dinero de los españoles, por cierto, y el daño que hace. Es como si Al Capone llamara mafioso a otro. Se autodenominan antifascistas y acuden en tropel a emplear la violencia física o moral contra quienes no comulgan con sus ruedas de molino, o no ceden a sus exigencias por las buenas. Se autodenominan antifascistas y salen a imponer su ley por las bravas.
Es lamentable que haya periodistas que, sin más, acepten esa denominación, haciendo el juego a los golpistas, a quienes no aceptan la legalidad, a quienes rompen y destrozan lo que pillan a su paso, que ha de ser reparado con el dinero de los impuestos de los españoles.
Y esos mismos que se autodenominan antifascistas califican a Vox de extrema derecha. De acuerdo, ¿pero entonces Torra qué es? La respuesta es obvia: más extrema derecha todavía. Y Mas. Y Puigdemont. Y toda esa faramalla que les rodea y acompaña.
Los datos apuntan a que la paciencia de los ciudadanos se empieza a agotar, aunque Tezanos, cumpliendo el papel que seguramente le han encomendado, trate de ocultarlo, creyendo que con ello se puede conjurar el peligro que se cierne sobre los traidores.
Fascistas son los catalanistas, que no dejan ni respirar a quienes no lo son; fascistas son los podemitas, que acosan, insultan, intimidan, agreden. Fascistas son los que teniendo la obligación de impedir todo eso, los dejan hacer. Hay muchos fascistas en España, y todos están aliados entre sí. Quieren cargarse la democracia, a la que tan falsamente apelan.

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