miércoles, 12 de diciembre de 2018

Calvo también es doctora

La ministra Calvo, a la que no sé si también hay que llamar Calva, para que no se enfaden los del lenguaje inclusivo y lo políticamente correcto, también es doctora, pero ella lo es de verdad, y no como otros que son Cum Fraude.
Seguro que es por este motivo que la verdad no le interesa mucho. Esa sabiduría que acredita su doctorado le hace ver que si se ciñe a los hechos está perdida y se queda sin discurso y sin discursa -ya no sé cómo he de hablar-, de modo que echa mano a la imaginación y se inventa una realidad que le resulta conveniente, para soltar luego por su boquita lo que se le ocurre. Si se ríe la gente le da lo mismo, para eso estamos en la vida, para alegrarnos unos a otros y hacernos la vida más pasable y placentera. No obstante lo cual, cuando despertó más jocosidad esta ministra de Cabra, fue cuando dijo algo cierto, y es que en el tiempo en que hizo ciertas declaraciones Pedro Sánchez no era el presidente y cuando defendió exactamente lo contrario sí lo era, por tanto, el presidente nunca había dicho eso. Las risas se oyeron en el otro hemisferio, pero lo dicho, para eso estamos, y a la doctora, que lo es de verdad y no como otros que son Cum Fraude, le gusta mucho ser ministra y salir de vez en cuando a decir unas palabras y entretener al personal.
Hay que tener en cuenta también que ella ha estado en dos gobiernos, precisamente en los dos peores de la democracia, el primero de ellos trajo la ruina y el actual está haciendo lo posible para que vuelva.
En estas condiciones hay que esforzarse mucho para pasar a la historia, de ahí lo de Pixie y Dixie, lo de que el dinero público no es de nadie, etc. Tiene muchas tablas esta chica.




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