domingo, 2 de diciembre de 2018

Pedro Sánchez teme a Vox

Tiempo atrás, Pedro Sánchez esperaba exultante las elecciones de Andalucía, en la vaticinaba un batacazo electoral para el PP. Eso era lo que más le preocupaba.
Parece ser que sí. El PSOE perderá, probablemente, muchos escaños, pero el PP también, con lo cual seguirá siendo la primera fuerza política. Pero el éxito de Vox en los mítines lo ha puesto nervioso, por lo que ha puesto en marcha la maquinaria del gobierno y de los medios cómplices para catalogarlo como extrema derecha, obviando que el gobierno de Sánchez puede serlo gracias al apoyo de auténtica extrema derecha y de auténtica extrema izquierda. Lo que les molesta de Vox, pues, es que no esté a su servicio.
Otro tunante, que fue votante durante mucho tiempo del PSC, sin que todavía haya explicado cómo pudo hacerlo, también sitúa a Vox en el populismo de extrema derecha con el peregrino argumento de que muchos votantes de Podemos van a pasarse a este partido. Debería saber que es peor votar al PSC que a Vox. Los votantes del PSC, antiguos y actuales, tienen mucha culpa en el deterioro político de España. Él quiere ver que hay tres partidos normales, pero eso pertenece al mundo de los deseos, cuando no al onírico. Es precisamente la irrupción de Vox, sobre todo si consigue un buen número de diputados, lo que puede ayudar a esclarecer el mapa político español, al obligar a los demás a definirse y olvidar las ambigüedades.
Por supuesto que el asunto de la inmigración es muy serio y como tal debería ser abordado en el seno del Parlamento Europeo y los partidos deberían dejar de hacer demagogia con eso en sus respectivas naciones.
Susana Díaz parecía una alternativa a Pedro Sánchez y ya se ha rendido totalmente, lo que viene a explicar por qué perdió. Los andaluces deberían saber que con ella solo pueden aspirar a más de lo mismo.

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