No me refiero al mejor alcalde, o
alcaldesa, de Barcelona que ha habido hasta ahora, que obviamente no
es Colau, sino al que puede haber en un futuro inmediato y
concretamente al que salga de las próximas elecciones.
Cualquier voto que no se le otorgue a
Karl Jacobi puede considerarse como autodestructivo para Barcelona,
aunque también hay que tener en cuenta que el poder destructivo de
unos es mayor que el de otros; Colau, por ejemplo, pero no solo
Colau, quiere cargarse la civilización.
La elección de Karl Jacobi resultaría
muy ventajosa para Barcelona y de rebote para Cataluña, porque
significaría que la Ciudad Condal desea desmarcarse de esa locura
colectiva que va a sumir en la ruina a la región. De pronto, las
empresas que se han ido y las que están considerando la posibilidad
comenzarían a plantearse otras posibilidades.
La citada locura colectiva recibiría un
jarro de agua fría que haría bajar la tensión, quizá se dieran
cuenta algunos de sus integrantes de que habían comenzado un viaje a
ninguna parte.
La noticia tendría impacto en Alemania y
de pronto muchos alemanes querrían visitar Barcelona, lo cual
revitalizaría el comercio de la ciudad. Los alemanes tendrían
interés en comprar productos hechos en Cataluña.
El tribunal alemán que dejó escapar a
Puigdemont, comportándose de forma desleal con la justicia española,
recibiría un zapatazo en la boca. Los alemanes que aplaudieron la
decisión injusta de ese tribunal alemán tendrían ocasión de darse
cuenta de que estaban equivocados.
En Bélgica también tendrían que acusar
el golpe, no les quedaría más remedio que darse cuenta de su
idiotez. Y en todos los demás sitios en los que acogen a prófugos y
se pretenden civilizados.
Y además de todas estas ventajas, los
barceloneses disfrutarían de la gestión de Karl Jacobi, lo cual,
después de haber sufrido a Colau, sería como estar en el paraíso.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Cavilaciones y melancolías'
'Necesidades emocionales'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Cavilaciones y melancolías'
'Necesidades emocionales'
No hay comentarios:
Publicar un comentario