Lo hacen por varios motivos y, como de
costumbre, con una estupidez más que evidente. Hay médicos llenos
de envidia que siempre están esperando que algo le salga mal para
salir a ponerlo como hoja de perejil. Como les ocurre a todos los
cirujanos, a veces no le salen las cosas como tenía previsto.
Ahora le critican algunos, médicos o no,
por haber operado a un niño que tenía un tumor enorme, en lugar de
dejarlo morir y destinar esos recursos a otros enfermos. Otros dicen
que le dio el alta demasiado pronto y que debería haberlo tenido más
tiempo en el hospital. A los primeros hay que decirles que ese niño
ha muerto, sabiendo él y sus padres, y la humanidad entera, que un
equipo médico estuvo veinte horas, en dos fases, intentando salvarle
la vida. El detalle proporciona mucho confort espiritual. Para los
segundos hay algo más obvio: el equipo médico no iba a tirar por la
borda 20 horas de quirófano dándole el alta prematuramente. Lo
debieron ver en condiciones de ir a disfrutar de la vida con sus
familiares y amigos. Lo prudente es esperar a que se le haga la
autopsia antes de hablar.
Se le critica también por los
comentarios que ha hecho sobre lo sucedido en Wuhan, con el peregrino
argumento de que esa no es su especialidad médica. Pero es que para
decir lo que dijo ni siquiera es necesario ser médico, sino que
basta con tener una razonable capacidad de pensar, que es lo que les
falta a sus críticos. Cualquier campesino de los antiguos, en muchos
de los cuales afloraba la sabiduría, como consecuencia del lento
transcurrir del tiempo, y de la costumbre de observar las nubes, para
ver si traían intención de arruinarles la cosecha, y esa capacidad
de observación se extendía a otros campos, digo que esos campesinos
sabios se habrían dado cuenta de que si China ha aislado a 60
millones de personas y construido un hospital en dos semanas es que
pasa algo.
Quienes le critican están afectados de
atolondramiento, como ese al que le gusta ir en Falcon. Por cierto,
qué diferencia entre esos dos doctores. Uno se dedica a hacer
felices a los demás y el otro a vengarse de ellos, a saber por qué.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
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