martes, 18 de febrero de 2020

La propuesta de Casado al presidente

Como uno de los actos de la temporada teatral del Felón estaba el de invitar a Casado a la Moncloa, invitación que no tenía más remedio que aceptar, porque de no hacerlo el equipo mediático del presidente, la felonía entera, habría sacado provecho del asunto.
A estas alturas de la corrida, Casado ya sabía perfectamente que se las tenía que ver con un marrajo, salido de la ganadería que refundó Felipe González hace unos pocos decenios. Vamos a dejar España que no la conocerá ni la madre que la parió, dijo Guerra, el mayoral. No es que no la conoce, es que la mira con espanto.
Casado se procuró un buen capote: ofreció a su interlocutor algo que éste llevaba en su programa electoral. Lógicamente, le fue rechazado, porque al Felón cara dura, precisamente, no le falta.
No acudió el Redondo a cuadrarse ante casado, ni a doblar la cerviz, que eso solo lo hace ante quienes son horteras y malas personas. Dicho esto, es necesario añadir que yo no sé si Casado es mala persona o no, pero lo que sí es evidente es que si se da este caso, no ha alcanzado el suficiente grado de maldad para ser admitido en las cercanías del Felón, en donde sí está Otegui, que al margen de las fechorías que se le han probado podría haber cometido otras, como la de haber participado en alguno o algunos de los atentados de ETA que están por resolver, y que al PSOE no le interesa que se resuelvan, Iglesias, que va dando pasos de gigante para instaurar una dictadura al estilo de la venezolana, y otros personajes ponzoñosos, con condenas judiciales sobre sus cabezas.
Hará bien Casado en no limitarse a torear de salón, porque esto va rápido. Tendrá que explorar las posibilidades que ofrece la democracia para defenderla.

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