Nadie en la historia de España había
concitado tantas adhesiones inquebrantables, ni suscitado tanta
ilusión, incluso entre muchos de los que no le votaron, como Felipe
González. Puede decirse que es el político español más poderoso
de todos los tiempos. Lo que se deduce de todo esto es que le habría
bastado con ser honrado a carta cabal, noble y desprendido para que
esa masa de votantes socialistas llena de decencia que existía
entonces se hubiera sentido satisfecha y restablecida y recompensada
por los sinsabores sufridos hasta el momento. Si se hubiera dado el
caso, Franco habría sido derrotado sin paliativos. Al margen de
cualquier valoración moral que merezca el dictador o autócrata, hay
que reconocerle ciertas cualidades sin las cuales no habría podido
perdurar en sus condiciones; es decir, no entraba en sus cálculos
que pudiera ocurrir algo como lo dicho.
Sigamos con el caso. Felipe González
estuvo en el cargo aproximadamente la mitad del tiempo que Franco,
pero hay indicios de que amasó una fortuna mayor. Cuando se estaba
construyendo el chaletazo, sobre una parcela que compró al
restaurador Lucio, y que Alfonso Ussía bautizó como Villa Meona,
Jaime Campmany hizo cálculos en un artículo sobre su sueldo como
presidente del gobierno y el coste de la casa y no salían las
cuentas.
Pero si todos esos que confiaban tanto en
Felipe González se hubieran fijado bien, se habrían tenido que dar
cuenta de que se comportó con mezquindad absoluta con Adolfo Suárez
y habrían comprendido que sus esperanzas eran vanas.
Adolfo Suárez venía del franquismo y
demostró que sus convicciones democráticas eran más fuertes que
las de Felipe González. Nunca hemos tenido tantas libertades en
España como bajo su mandato. Adolfo Suárez demostró, además, que
tenía mucha más generosidad, nobleza y sentido del honor que su
antagonista.
Resulta curioso que posteriormente
Zapatero intentara vencer a Franco y que, por su parte, la intención
de Sánchez fuera manosearlo y magrearlo.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
No hay comentarios:
Publicar un comentario