La
propone porque UPyD no tiene suficientes diputados para presentarla
por sí mismo. La propuesta es generosa por parte de Rosa Díez,
puesto que se aprecia que no pretende ningún beneficio para su
partido, sino que busca evitar que los españoles sientan vergüenza
por la actitud del presidente del gobierno y de su partido y la
inoperancia de la Cámara.
Se
ve que los diputados defienden más los intereses de quienes los
ponen en las listas y les otorgan los cargos que los de quienes les
pagan los sueldos. Se suele decir que quien paga manda, pero en este
caso el contribuyente español no manda nada. Le cobran los impuestos
y luego ese dinero suyo se convierte en público y el dinero público
no es de nadie y a partir de ahí ya todo es posible y el que no esté
conforme puede ir a reclamar al maestro armero.
Cuando
se habla de la casta política, los hay que alegan que no se puede
meter a todos en el mismo saco y que hay una larga lista de políticos
honrados.
¿Honrados
y qué más? Porque no hay ninguno que dimita. Hubo uno, Manuel
Pimentel, que dimitió por tener discrepancias con la política del
gobierno en que estaba. Y anteriormente hubo otro, Alonso Puerta, que
denunció la corrupción de su propio partido.
El
hecho de que para lograr que Mariano Rajoy comparezca en el Congreso
de los Diputados haya que presentar una moción de censura es motivo
suficiente para que se produzca un aluvión de dimisiones en el
Partido Popular. No la habrá. Como tampoco la ha habido ni la habrá
en el PSOE, ni en CiU o el PNV.
Quedan
fuera del recuento UPyD y Ciutadans porque no han tenido
responsabilidad de gobierno. Estos dos partidos son, hoy por hoy, los
únicos en los que se pueden depositar esperanzas de regeneración
democrática.
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