lunes, 9 de mayo de 2016

Rivera señala a Casado

Alberto Rivera es presidente de Ciudadanos desde que se fundó el partido, o sea, una friolera de años. Algunos de sus propagandistas acusaban a Rosa Díez de autoritaria, como excusa para que Ciudadanos se comiera crudo y sin aliñar a UPyD.
Tenían ambos partidos idénticos objetivos, los mismos intereses y habían nacido por motivos similares. Sí, pero tras la práctica desaparición de UPyD, Ciudadanos no ha asumido sus querellas ni ha hecho suyos aquellos aspectos de su programa que irritaban a la oligarquía. Precisamente, han sido las querellas y esos puntos del programa los que han motivado que todos aquellos medios que hasta el momento habían tratado bien a UPyD comenzaran a criticar a Rosa Díez, señalando que por culpa de su arrogancia y autoritarismo no se producía la fusión entre dos partidos iguales.
Las querellas pusieron contra las cuerdas muchos de los miembros de las oligarquías política y financiera y había peligro de que la exigencia de la separación de poderes calara entre los votantes, con el peligro que eso supondría para muchos.
Rivera, que lleva como presidente de Ciudadanos desde su fundación, hay que recalcar eso, acogió en las filas de su partido a tipos como Prendes, Marín, Cantó, con el que había hecho un extraño trato, y unos cuantos más. Después de todo esto que se presente como virgen casta y pura da risa.
Tras las elecciones, como el pacto PP/PSOE no le convenía, ayudó al segundo de los partidos a crear mal ambiente contra el PP. Y luego vuelve a arremeter contra el PP al afirmar que ni los nacionalistas catalanes lo han tratado tan mal como este partido, como si no hubiera dado motivos.
Y ahora se permite el lujo de inmiscuirse en los asuntos internos del PP y señalar a quien le gusta como candidato, que es Casado.
La democracia todavía no ha llegado del todo a España.

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