Se nos decía que Cataluña es como
Dinamarca, como queriendo dar a entender que los demás españoles
estamos más retrasados. La casualidad (llamémosle así) hizo que
pudiéramos comparar Dinamarca y Cataluña.
Representando a Cataluña estaba quien
hasta hace poco ha sido su presidente y que incluso a pesar de las
circunstancias se insiste en que lo vuelva a ser. Sus intervenciones
demostraron que se trata de un zascandil que habla con desparpajo de
todo, sin tener ni idea de nada. Ni para jornalero serviría, puesto
que un día vio un campo de cebada y dijo que era trigo. Qué
pensarán los daneses de los catalanes después de haberlo visto
actuar. Diríase que sus ancestros no provienen del mono, como los de
los demás, sino que alguna especie de asno debió de colarse en la
evolución sin que Darwin lo advirtiera. Nadie es infalible, ni
siquiera ese genio al que tanto detestan los Testigos de Jehová.
En representación de Dinamarca estuvo
una profesora, que demostró ser una señora y civilizada, que no
tenía nada que ver con el energúmeno que tenía enfrente. A tenor
de los representantes de ambos lados, el país nórdico no tiene nada
que ver con esa región del nordeste de España, por la cual no sólo
pastan jumentos como el citado, sino también otros especímenes
dignos de estudio en un laboratorio, como algunas verduleras
histéricas, rufianes ridículos, y otros caganers.
Tuvo que ser esta señora danesa quien le
explicase al melón que tenía delante que en democracia se respeta
la ley, cosa que él no sabía porque no sólo se la ha saltado
muchas veces, sino que, en su torpeza, ha presumido de hacerlo.
Pero no es el único. Otra representante
de Cataluña, nada menos que la actual alcaldesa de Barcelona, sólo
superada en estupidez de entre los alcaldes por el de Valencia,
también dijo que sólo respetaría las leyes que le parecieran
justas.
Conque Cataluña es comparable a
Dinamarca. Eso sería antes de que los mangantes esos se acomodaran
en sus instituciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario