Los podemitas quieren cambiar el nombre
de su partido. Para elegir el actual no tuvieron que esforzarse
mucho, puesto que en la Venezuela de sus amores hay un partido que se
llama igual: Por la Democracia Social.
Quizá para elegir el nuevo nombre
también se inspiren en alguno de los afines a Maduro. Lo que parece
más seguro es que se llame como se llame el partido ellos seguirán
siendo podemitas, es decir unos sujetos de extrema izquierda, que
proponen soluciones mágicas, imposibles de llevar a cabo, con el fin
de conseguir los votos de las gentes incautas y resentidas, que les
ayuden a destrozar el sistema, para implantar el suyo, que es lo que
realmente quieren.
Dicen que quieren transformar España en
un país más equitativo y menos rancio y este anuncio ya señala un
peligro grave, porque huele al fracasado comunismo. España no es un
país rancio, rancio es el comunismo, rancia es la Venezuela de
Chávez y Maduro, la Cuba de los Castro, y los países de su órbita.
España necesita políticos íntegros, capaces de frenar el derroche
de la Administración, fundamentalmente en la multiplicación de
instituciones que no sirven para nada más que para colocar amigos, y
organismos habilitados con la misma finalidad.
Eso es lo que necesita España, gente
íntegra y hábil para tomar las decisiones adecuadas en cada momento
y defender el bolsillo de los contribuyentes de todos los rapaces que
aspiran a quitárselo. Hay rufianes por ahí que sin tener ni idea de
ninguna cosa decente, puesto que lo único que saben es provocar,
ofender e insultar, cuando no decir las chorradas más grandes, viven
muy bien a costa de los sufridos trabajadores.
Pues será cuestión de ver si entre los
podemitas hay gente íntegra y hábil, dispuesta a defender a los
contribuyentes y no a tomarles el pelo.
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