viernes, 26 de enero de 2018

El gobierno no debe impugnar la investidura de Puigdemont

La obcecación del gobierno de impugnar la investidura de Puigdemont, a pesar del informe negativo del Consejo de Estado, parte de una idea equivocada, como lo es la de pensar que Puigdemont es un problema para el gobierno, cuando lo es para su partido y sus votantes.
Los separatistas han fracasado y, sobre todos, ha fracasado Puigdemont, que allá dónde va es el tonto del bote, salvo para cuatro fanáticos desquiciados.
Puigdemont no puede ser presidente de Cataluña, porque para ello tendría que regresar a España, en donde sería detenido de inmediato y puesto a disposición del juez, que vistos los antecedentes cabe suponer que lo enviaría a la cárcel. De modo que al proponer la investidura de este sujeto no hacen más que provocar la reacción del gobierno, pero sobre todo engañan a sus votantes. Eso es un simulacro, un juego estúpido, mediante el cual perjudican a Cataluña, cuyo prestigio ya está por los suelos, pero se benefician ellos, al conseguir que toda esa gente embrutecida por el nacionalismo los siga votando. Esos votos se transforman en dinero, que es lo que quieren.
Mientras tanto, Decathlon, cancela una importantísima inversión en Cataluña, y van… El perjuicio que está sufriendo Cataluña no les preocupa a esos dementes a los que el pueblo catalán les ha dado la manija. La tienen, la han conseguido democráticamente, y si los catalanes, a pesar de que el número de parados aumenta en Cataluña más que en ningún otro lugar de España, lo han decidido así, hay que respetar su voluntad. Si Cataluña se empobrece del todo el problema catalán habrá dejado de existir.
Lo único que puede hacer el gobierno es velar por el cumplimiento de la ley y, en este sentido, dar los pasos que sea cuando sea el momento de darlos. Puigdemont no es importante, un cagón no puede serlo.


No hay comentarios: