Una persona que está en sus cabales tiene conciencia de sus limitaciones. No es el caso de Sánchez, que no quiere que la gente piense que ha llegado al cargo por guaperas, sino por sus méritos.
Pero, ¿cuáles méritos?, si no tiene ninguno. Le dijo a Feijóo que es ‘peripatético’. Hay que ser burro para utilizar una palabra cuyo significado desconoce. Anteriormente había dicho que la corrupción se combate ‘preveyéndola’. No sabe conjugar el verbo prever, y tampoco sabe como combatir la corrupción, aunque a decir verdad la única que le interesa combatir es la del PP. La del PSOE y la de todos los que ayudan a mantener el gobierno le parece bien. De hecho, indultado y amnistiado delitos peor que graves.
La única manera de reducir la corrupción, lo sabe cualquiera que tenga interés en ello, es que los jueces y los fiscales sean totalmente independientes.
El caso es que este Sánchez que ignora que es un ignorante le dijo a Feijóo que en el PSOE no habría llegado ni a concejal de pueblo. Se conoce que los que sientan a su alrededor en el consejo de ministros, y le aplauden al mínimo gesto que haga solicitándolo, le parecen lumbreras.
Si para ser político hubiera que pasar un test de cultura general, muchos de los políticos, y entre ellos Sánchez, no habrían pasado. Si además hubiera que pasar un examen ante un tribunal de psiquiatras para calibrar si los candidatos poseen necesario equilibrio emocional para desempeñar sus cargos, la escabechina sería tremenda y Sánchez sería de los que saldrían peor parados.
Y si se pusieran a prueba sus conocimientos legales, sobre todo de la Constitución, y su voluntad para cumplirla y hacerla cumplir, lo habrían descalificado para siempre.
Si Feijóo en lugar de ser del PP fuera socialista le parecería sabio. Si piensa eso de Bolaños, de Alegría o de Rodríguez, ¿por qué no lo tendría que pensar de Feijóo?
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