martes, 5 de marzo de 2024

La maquinaria del felonato

 

El Felón entregó enseguida a los tigres la cabeza de Ábalos, para que se entretengan, y luego hizo que apareciera en alguna que otra televisión, para regocijo del personal, mientras sigue a lo suyo.

Se ha dicho que Ábalos tiene cogido al PSOE, pero seguramente es al contrario. No se le ve al Felón muy preocupado por esto. Todo lo que es capaz de hacer Ábalos, el duro Ábalos, es llorar en público porque su jefe, que tanto le debe, ya no lo quiere. Presumiblemente, seguirá cumpliendo sus órdenes, que le llegarán de forma indirecta, porque mirarlo a la cara ya no lo va a hacer.

Ábalos ya no le sirve al Felón y se ha desprendido de él como si tal cosa. De quien sí que espera algunos servicios es de Armengol, de que ahí que el PP haya visto la jugada y pedido su destitución. Por carta, además. Y toda la maquinaria del felonato ha salido en tropel a defenderla. Lo ha hecho con unos modales propios de rufianes y oteguis, que, no obstante, al Wyoming le habrán parecido exquisitos. Sobre gustos no hay nada escrito.

Los del felonato se han hartado a decir que Ábalos les da asco y que con la corrupción tolerancia cero. Con Armengol, mientras tanto, que el PP no tiene base para hacer su petición, que todo son calumnias, etcétera. Para formar parte del felonato hay que ser inútil del todo, o parecer que se es y actuar como tal. Y estar dispuesto a romperse las manos de tanto aplaudir cuando se les ordene.

Mientras tanto, Page, ese que parecía un paje y ahora se pretende díscolo -cosas de las estrategias- se dispone a reunirse a Felipe González. ¿Para salvar a España de la quiebra a la que la aboca el Felón? No. Para salvar al PSOE. Para que pueda seguir haciendo creer que es lo que no es. Es el partido que dejó solo al mejor de los suyos, Joseba Pagazaurtundúa, cuando sabía que lo iban a matar.

Esos libros míos

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