El hecho de que la Iglesia proclame la infalibilidad del papa obedece a la intención de constituirse en poder.
Cristo se dejó torturar y matar cruelmente, enseñando el camino para vencer al mal.
El poder es arbitrario y caprichoso, la autoridad se consigue haciendo lo que se debe hacer.
Cuando Putin decidió invadir Ucrania lo hizo pensando en una guerra relámpago. Dos o tres semanas pensó que le costaría. Entonces, Zelenski, muy poco valorado hasta el momento, sacó a relucir su vena heroica y contagió a toda su nación, que decidió luchar. Habría sido más cómodo para él rendirse, puesto que desde el momento en que decidió plantar cara al tirano ruso fue consciente de que éste no va a cejar en su empeño de matarlo. Desde entonces se ve obligado a torear la muerte día a día, y a intentar prever las traiciones.
Era muy poco valorado. A veces pasa que las personas más menospreciadas son las que resuelven las situaciones más peligrosas.
Zelenski, con su ejemplo, no solo contagió a los ucranianos, sino al mundo entero. Al mundo libre, entiéndase.
Todo el mundo sabe que si Putin consigue vencer en Ucracnia no se va a detener ahí. Por tanto, hay que pararlo y ponerlo ante un Tribunal Penal Internacional.
Dicen también que es el Espíritu Santo quien elige a los papas. Pues si ha elegido a Bergoglio será para que todo el mundo se dé cuenta de no es infalible.
El papa debería haber animado a todas las democracias del mundo a intensificar la ayuda a Ucrania, que ha sido invadida por orden de un criminal muy peligroso, porque no está en sus cabales y tiene muchísimo poder.
En lugar de eso, animó a los ucranianos a rendirse. ¿Cómo puede ser que el papa tenga tan pocos miramientos con gente que sufre tanto de forma injusta e innecesaria? ¿Se rindió Cristo acaso?
No hay comentarios:
Publicar un comentario