Es una gran noticia comprobar que hay jueces que actúan con independencia y sin plegarse a los intereses de los políticos, en este caso de los gubernamentales, ni dejarse influir por las opiniones de botarates mediáticos que ya habían decidido por su cuenta que los graves incidentes de los que la justicia responsabiliza a Puigdemont no son delito de terrorismo.
Pues el Tribunal Supremo sí que ve posible que lo sea, y lo ha explicado suficientemente en el auto con que le abre causa a Puigdemont.
El daño que están haciendo los nacionalistas a los españoles no habría sido posible si los redactores de la Constitución hubieran pensado más en proteger a los ciudadanos que en sus propios intereses personales. El hecho de que vetaran a Tierno Galván, que era el más entendido en la materia, induce a pensar que temían que él no quisiera comprometer su prestigio dando por bueno un texto con graves carencias y contradicciones.
Las posibilidades de amnistiar a Puigdemont decrecen y ahora veremos como reacciona él. Se presume que exigirá a Sánchez que someta a los jueces y que obligue al TC a incluir todo lo que haga falta en la amnistía. Seguramente, le horrorizará la idea de estar en la cárcel y que Junqueras esté paseando tranquilamente por la calle.
La Unión Europea también tendrá que actuar en consecuencia, y quizá le mande un aviso o dos a Sánchez sobre todo lo que se está viviendo en España, todo lo cual es más que suficiente para que piense en dimitir. Seguro que no le ha pasado por la cabeza esta idea
y hasta es posible que pretenda culpar a Ayuso. Pero el partido sí que debería pedirle, por favor, que se vaya.
Tiene que soportar las presiones de Puigdemont, de Ábalos, de Bildu, de ERC…, ninguno de los cuales son partidarios del juego limpio.
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