Hay que tener en cuenta que tanto a Sánchez como a Maduro les gusta jugar con ventaja, no tienen principios ni vergüenza, no les importa mentir y no les preocupan las consecuencias de sus actos, por lo que cualquier cosa que venga de ellos ha de ser observada con escepticismo.
Ahora tenemos en España al ganador de las elecciones en Venezuela, que firmó un documento infame en la Embajada de España en su país, en presencia del embajador, y en significativa ausencia de Zapatero, lo que evidencia que el asunto no es tan limpio.
Nos querrá hacer creer ese engolado e inútil ministro de Exterior que el gobierno de España ha desempeñado un papel caritativo. Pues no, porque Edmundo González Urrutia se ha dejado su familia en Venezuela. ¿Por qué Pedro Sánchez, que tan bien se lleva con Maduro que trabaja para ayudarlo a ganar tiempo, no puso como condición que viniera toda su familia con el presidente electo de Venezuela? ¿Alguien cree que no están extorsionando a sus familiares para hacerle chantaje y forzar su voluntad?
No se puede olvidar que cualquier cosa que diga, seguramente, la dice por temor a lo que pueda ocurrir a sus seres queridos, que están a merced de unos terribles asesinos.
Se muestra el PSOE muy indignado por las reacciones que suscita su actitud en el caso de Venezuela. Y se entiende que sea así, porque siempre intenta camuflar sus hechos mediante la propaganda y la actitud. Lo que no se entendería es que se mostrara avergonzado, por la sencilla razón de que en el actual PSOE no hay nadie que tenga vergüenza.
El inútil ministrito Albares, que sigue las órdenes de Sánchez, en colaboración con Zapatero, es cómplice del criminal régimen de Maduro. ¿Sabe este sujeto que avergüenza a los españoles que son capaces de ello de la existencia del Helicoide y que allí dentro hay muchas personas que están siendo torturadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario