martes, 10 de septiembre de 2024

No tiene el poder del discurso

 

No hay nadie perfecto ni que acierte siempre y ese es el caso de un articulista cuyo cerebro está bien amueblado, pero que por lo visto se ha visto afectado por el influjo que el poder ejerce en quienes no tuvieron la precaución de vacunarse contra él.

Le atribuye a Sánchez dos capacidades, retórica y estratégica. No tiene ninguna. Siempre está poniendo en ridículo a quienes le votan. Un tipo que miente siempre y que hace trampas jugando al solitario no es nadie. Una piltrafa humana, un desecho. Es descarado y atrevido y le van saliendo bien las cosas por varios motivos, el principal de ellos que el sistema es defectuoso. Son clamorosos los fallos que están saliendo a relucir y que no supieron ver ni Aznar ni Rajoy ni otros engreídos botarates del PP.

Ellos fallos que están ahí por la astucia de Felipe González, fueron aprovechados por él, por Aznar, por Zapatero, por Rajoy y ahora por Sánchez.

Ellos mismos decían que el sesenta por ciento de la Constitución era obra de Gregorio Peces-Barba y Jorge de Esteban. Entre el cuarenta por ciento restante tuvieron que aceptar cierta independencia judicial, pero en cuanto el PSOE ganó las elecciones la suprimieron.

Aznar prometió devolver esa independencia a los jueces, pero luego pensó que le venía muy bien tenerlos controlados y olvidó su promesa. Si no hubiera sido tan torpe y tan egoísta nos habríamos ahorrado muchos sucesos vergonzosos y muchos hachazos a los bolsillos de los españoles para pagar las destrozas hechas por los políticos malvados o incompetentes, o ambas cosas. Rajoy no prometió devolver la independencia a los jueces, sino que quiso sujetarlos más, aunque sin llegar a los extremos del felón actual, que aparte de la cara muy dura no tiene nada más. Ni palabra, ni clase, ni sensatez. Domina al ganado lanar, que es su partido, con puño de hierro. Eso es todo.

Esos libros míos


No hay comentarios: