Ella
nunca ha sido una pija, dice, porque siempre ha trabajado. De modo
que primero queda mal con unos y luego con otros, pero a ella eso le
da igual porque el dedo que la señaló para darle el cargo sigue
apuntándole.
No
es que la Cataluña actual sea una caricatura antipática de sí
misma, en la que muestra lo peor y esconde aquellas virtudes que la
hacen admirable y envidiable, es que la Delegada del Gobierno en
Cataluña es el vivo ejemplo de como se hacen las cosas en todos los
rincones de España. Se dan los cargos a las personas en función de
su fidelidad al líder, de su sumisión a los mandos.
Esta
mujer quizá fuera muy competente en su profesión, que no sé cuál
es, ni me importa, pero lo que viene al caso es que para política no
sirve. Esa frase que dijo, y que la retrata, es propia de un niño,
no sé si de diez años o de menos. Hay niños que a los diez años
ya tienen mucha madurez.
De
modo que los obreros, en paro o trabajando por una miseria, han de
estar agradecidos a la gente pija, porque sin ella aún estarían
peor. Eso no lo puede decir una persona sensata y menos todavía una
alguien que se dedica a la política. Si además milita en el PP, el
error es imperdonable. Si esto que ha dicho ella hubiera salido de la
boquita de una del PSOE (y algunas de este partido también han dicho
solemnes bobadas) los de su cuerda hubieran sabido disculparla. Las
bobadas de los PP son difíciles de disculpar, aunque en justicia no
se deberían disculpar las de nadie.
Por
otro lado, habría que comparar lo que ocurre en los países con
tradición democrática con lo que ocurre en España. Muchos de los
políticos españoles, si lo fueran en esos países con tradición
democrática, hubieran tenido que dimitir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario