O
sea, está enfocado directamente contra el PP. Hoy está anunciado
uno contra la sede de este partido en Bilbao.
No
es probable que en esta ciudad se vea algo parecido contra las sedes
de Bildu, Amaiur o similares. Hasta ahora no ha ocurrido y pensar que
en algún momento vaya a producirse es como creer en cuentos de
hadas. No hay tanta nobleza en el mundo. En esa parte del mundo,
concretamente, tampoco, aunque sí hay por ahí personas muy nobles.
En Bilbao sólo cabe imaginar que se haga escrache a dos partidos,
uno es el PP y el otro no es el PSE.
Las
armas las carga el diablo, aunque el tiro puede salir por la culata.
Si se trata de coaccionar al PP, es posible que con esta actitud le
hagan ganar votos.
Alguien
tan poco sospechoso de simpatizar con el PP como es Guillermo
Fernández Vara ha tenido la decencia de manifestarse en contra
de cualquier tipo de acoso.
En
España no hay democracia, eso es evidente. La solución de los
graves problemas planteados pasa por establecer, de una vez por
todas, un sistema democrático. La cuestión es que para lograrlo
sería conveniente que el espíritu democrático se fuera instalando
en los ciudadanos.
El
acoso, escrache, o como se le quiera llamar, no tiene nada que ver
con la democracia, ni con el civismo, ni con la educación. Es un
paso atrás en la senda que conduce al tenido por el menos malo de
los sistemas políticos.
Precisamente
en Bilbao hay menos democracia que en otras partes de España. Allí
están acostumbrados al kale borroka, a las acojonantes homilías de
Arzalluz, a las miradas torvas de los proetarras y a los chivatazos.
Esto se enmarca dentro de lo habitual, pues.
Se
dice que hay democracia en un lugar cuando alguien que piensa lo
contrario que la mayoría puede transitar tranquilamente por sus
calles.
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