martes, 23 de junio de 2020

A la marquesa no le gusta el jarabe


A Irene Montero, cuya educación y modales están bajo cero, no le gusta lo que Pablo Iglesias bautizó como jarabe democrático. O sea, no le gusta cuando lo sufre ella. Entonces recurre a la policía y la justicia, tan denostadas por ella a lo largo de los tiempos. Del mismo modo que recurre a la Guardia Civil para que cuide de su morada, aunque para ello tenga que desatender a otras personas.
Ellos son así, me refiero a Montero e Iglesias, y quienes les votan son masoquistas. Llaman jarabe democrático a lo que es fascismo puro y duro. Y por supuesto que yo no iría nunca a hacérselo a ellos. Como decía Marco Aurelio, el mejor modo de vengarse consiste en no parecerse a tu enemigo. Hay que dejar que sean los podemitas y equivalentes, Bildu, ERC, etcétera, los únicos que hagan esas cosas.
Decir que Ana Botella, que ganó unas elecciones, porque iba de número dos en la lista más votada, que cotizó muchos años a la Seguridad Social y que desempeñó el cargo con solvencia, consiguió el puesto por ser esposa de…, es un ejercicio democrático según ellos. Se burlan, los ignorantes, del «relaxing cup of café con leche», sin tener en cuenta que el discurso se lo escribió un estadounidense y que posteriormente John Julios Reel, en La Sevilla del guiri, explicó que no se podía decir de otro modo porque el concepto ‘café con leche’ no existe fuera de España y, por tanto, no tiene traducción.
Pero decir que Irene Montero, a la que vapulean en el Parlamento todos los que se encaran con ella, dada su indigencia verbal, intelectual y de todo tipo, ha accedido al cargo por… es machista.
El suyo es uno de tantos ministerios de dudosa utilidad, cuyo despilfarro no es dudoso, sino cierto. El dinero hace mucha falta y por solidaridad con los desfavorecidos debería dimitir y desmantelarlo.


1 comentario:

Susana dijo...

Está ahí sólo por ser la novia del otro. Eso está claro. Un saludo