viernes, 19 de junio de 2020

Alguien disparó a una fotos


No se trata de que hayan colgado boca abajo a muñecos que representan al Rey, a Casado, a Abascal, a Rivera, ni que hayan señalado dónde vive Llarena, ni que hayan señalado a una señora por no querer alquilar una vivienda suya por precio que señalaban Iglesias y Montero, porque eso se entiende en círculos oficiales, como libertad de expresión. Es decir, como si estuviéramos en la Venezuela de Maduro.
También se entiende como libertad de expresión que los podemitas, uno tras otro, expusieran en Twitter su voluntad de guillotinar a la familia real.
Lo que sí que le molesta a este gobierno que exhibe métodos y modales comunistas es que un solo individuo hiciese prácticas de tiro con fotos de algunos de sus componentes y ha puesto a la policía a investigar.
El de las coletas no ha desaprovechado la ocasión. Ha dicho esto: «@PabloIglesias
Ni siquiera las amenazas de muerte de estos pseudocomandos de la ultraderecha van a distraernos de nuestra tarea de reforzar la justicia social y una recuperación económica que no deje a nadie atrás. Frente a los ultras: justicia social, democracia, libertad, Gobierno».
Le llama comando y él que es de ultraizquierda señala como ultraderecha a quien hace, de modo más comedido y suave, lo que él tiene por costumbre. Y se delata cuando habla de justicia ‘social’, porque el adjetivo cuando no da vida, mata, que es lo que ocurre en este caso, porque o hay justicia o no hay. Es sabida la aversión que tienen los comunistas a la justicia, la democracia y la libertad.
Cuando habla de la recuperación económica, por supuesto que se refiere a la suya propia. Para los demás está procurando la ruina y el desamparo. Tal como sucede en los países boliviaranos, en los países a los que los comunistas logran ponerles la bota encima.
Afortunadamente, todo apunta a que saldrá del gobierno más pronto que tarde.

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