Vi el concepto en Twitter y me pareció
muy acertado y elocuente. Aunque hace varias semanas de eso y quizá
no acierte a reproducir las palabras exactas, hablaba de las mujeres
alfa de la derecha y de las beta de la izquierda.
No indagué mucho en la cuestión, o sea,
no leí el hilo porque no lo consideré necesario, dado lo evidente
que resulta.
Las mujeres alfa son las que han logrado
la relevancia social merced a sus méritos profesionales, a su
preparación, capacidad de trabajo, inteligencia, etcétera, sin
haber gozado de ninguna ventaja o privilegio por su condición de
mujeres. Una circunstancia común a todas ellas es que si son
insultadas o agredidas no acuden las organizaciones feministas a
defenderlas. Es cierto que por regla general no necesitan esa ayuda o
apoyo, porque se sobran y se bastan para resolver el problema, pero
llama la atención el detalle.
Las mujeres beta de la izquierda son las
que han alcanzado la notoriedad u obtenido algún cargo en función
de la cuota, o porque se han significado en la profundización del
sectarismo, por sus méritos conyugales o algún tipo de afinidad, o
por su obsecuencia, es decir, señoras que por sí mismas no habrían
podido ir muy lejos. Todas estas reciben el apoyo inmediato, por muy
débil que sea el motivo por el que se les presta.
Esto no significa que en la izquierda no
haya mujeres de valía, que las hay en gran número, lo que ocurre es
que esas otras, la beta, suelen estar en primer plano de actualidad,
oscureciéndolas.
Lo que ocurre es que cuando quienes están
a los mandos en la izquierda son gentes de pocas luces y menos
vergüenza, como ocurre en la actualidad, el ruido, la cháchara sin
sentido y las melonadas vienen muy bien para enmascarar la
incompetencia y la estupidez.
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