Hay una sucesión de marlascadas cuyo
inicio situó veinte años atrás Macarena Olona, hecho que desató
la furia del antaño juez y en la actualidad ministro, pero
posteriormente ella demostró la justicia de su aserto.
Marlasca
se ha enfadado con José Antonio Nieto González, que
ya el 24 de enero ordenó el uso de guates y mascarillas a los
guardias que atendían los pasos fronterizos, lo
cual contravenía el discurso oficial. Este
señor, cuyo pecado fue velar por la salud de los guardias. Él
mismo contrajo la enfermedad que trae consigo el virus chino y alega
que ninguno de sus superiores jerárquicos se preocupó por él al
enfermar, ni al curarse. Fue
destituido, con
los mismos modales que Pérez de los Cobos, con lo cual las
marlascadas se van sucediendo y
llenando de sentido todas las cosas que Olona le dice en las
comparecencias parlamentarias.
Sorprende,
o no tanto, que este Marlasca sea tan tiquismiquis con Nieto González
o Pérez de los Cobos, y tan permisivo con Dolores Delgado. Quizá
sea porque a ellos los considera fachas y en cambio a ella la tiene
por una de la peña. O
sea, de la peña.
Y
es que parece que este Marlasca piensa que basta con cambiar la ce
por la ka, para
que los de la peña lo consideren de los suyos y ya con eso le
consientan todo, lo cual le hace feliz, y
a los que no son de la peña que les vayan dando.
De
la peña parece que son los marqueses de Galapagar y condes de Villa
Tinaja, que
por muchos títulos nobiliarios que tengan demuestran cada vez que no
han recibido jamás ninguna educación, pero
a Marlasca eso le da igual, porque los cuida y los mima, y
pone ingentes cantidades de guardias a vigilar su mansión, dejando
desatendidas otras casas de ‘la gente’.
Hay
marlascadas para dar y tomar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario