domingo, 5 de mayo de 2024

Lo de la ONU

 

A estas alturas ya hay motivos más que suficientes para comprender que lo que diga cualquier miembro del gobierno, y especialmente si es el presidente quien lo dice, es mentira.

Esto es extensivo a todos los que han formado parte de los gobiernos de ese sujeto que pretende regenerarnos.

Hay bolaños que sueltan las mentiras de tres en tres y albares que quisieran ser tan altas como la luna. Menudo descrédito internacional en el que están sumiendo a España y eso lo dice Guerra y es verdad.

Así pues lo que dicen que ha dicho la ONU es un invento suyo. Bastante desprestigiada está ya la ONU para que encima le atribuyan disparates ajenos.

Hay un ministro de Cultura en este (des)gobierno que es tan burro que no se da cuenta de que lo es. Si no lo fuera las sensatas razones que le dio en su Carta abierta Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, habrían hecho mella en él. Pero es Fernanado Savater publicó su Tauroética y se conoce que el ministro ni se ha enterado. ¿Qué cultura es esa? ¿Cómo es que un necio pretende hacer valer su opinión sobre las de quienes saben argumentar?

Pero es que otra que fue ministra, una de las belarras, y que durante el desempeño de su cargo demostró ignorancia e ineptitud, insulta al presidente de Argentina, mientras repite como una cacatúa derechos, derechos, derechos, como si echara chocolatinas a los niños para que se callen. Estas belarras, alguna habla como un tucán, y ya es asombroso que logre articular palabras, no se darán cuenta nunca de que no sirven para nada. Solo para que Sánchez se sienta mucho. Cualquiera que las oiga hablar, se crece.

Y he llegado al final y me doy cuenta de que faltan muchos gubernamentales -ya tienen trabajo los panfletos para poder ensalzar a estos-, al Petronio, el árbitro de la elegancia, a la inversa.

Esos libros míos

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