Aquel latiguillo «eres más tonto que un obrero de derechas» ha quedado definitivamente arrumbado. Está claro ya que el tonto es el de izquierdas y el listo el de derechas.
En ningún sitio está más seguro un pobre que en donde rige el imperio de la ley y ya se ve que España no es el lugar.
No quiere que lo sea el PSOE, no vayamos a echarle las culpas a Sánchez. Es el PSOE el que insiste en aprobar una ley inconstitucional -como han demostrado argumentalmente quienes saben del asunto- aunque también los demás partidos de la izquierda están a favor de aprobarla. La izquierda es dictatorial.
La democracia se basa en el imperio de la ley. Pero la izquierda pretende que la ley se someta a sus caprichos. Así, nadie está seguro, como ocurre en Corea del Norte o Venezuela.
El motivo por el que los socialistas desean imponer la ley de amnistía no es ningún secreto: desean seguir amorrados a la teta del Estado.
Los socialistas quieren vivir a costa de los impuestos que pagan los trabajadores. Hay que comparar lo paga un trabajador al Estado y lo que recibe a cambio.
Un trabajador que vota a la izquierda es alguien que tira piedras a su tejado. Eso, por la parte económica. Por la parte legal es todavía peor, porque queda totalmente desprotegido ante los abusos del poder, como se ha ido demostrando, sin ir más lejos, en el caso de los allegados a Ayuso, en los que se han ido dando a conocer, con total impunidad hasta el momento, datos absolutamente confidenciales que en ningún caso deberían haber llegado a ser de dominio público.
Lo que le hacen a uno se lo pueden hacer a cualquiera y más casos ha habido.
Este gobierno ha sido capaz de soltar a delincuentes muy peligrosos y ahora se dispone a amnistiar a un cobarde estrafalario. Para que los socialistas puedan seguir enchufados.
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