viernes, 31 de mayo de 2024

El begoñazo

 

Le doy ese nombre a la última, por ahora, asnalidad perpetrada en el Congreso de los Diputados, porque, si bien se mira, su única finalidad consiste en que la sin par Begoña pueda proseguir con sus vistosas actividades. Ya insinuó su marido, o lo dejó ver, que por ella es capaz de cualquier cosa. Aunque sea una barbaridad. Que lo es.

También se nos ha dicho, por parte de su entorno, que no las lleva a cabo como mujer del presidente, sino como profesional. Ah, conque es una profesional. No como otros a los que les han de escribir los libros y plagiar las tesis.

Sin embargo, poco después, un tal Pachi, en el que Pilar Ruiz Albisu llegó a poner grandes esperanzas -que no se vieron confirmadas-, nos hizo saber que en realidad Begoña es la presidenta. Poco a poco, va saliendo todo.

Pedro dice que no está conforme con nada de lo que se dice que ella, que desempeña su labor de forma limpia y honrada, lo cual dicho por el Mentiroso Más Hermoso, quizá le ponga los pelos de punta a alguien, por lo que pueda pasar.

De momento, en el Hemiciclo, han obedecido todos los socialistas, dando la razón a quienes los consideran ganado lanar.

Otros socialistas de los que no votan en el Parlamento, en número de cincuenta, dicen que no están de acuerdo con la amnistía. Sin duda, pretenden salvar al PSOE. ¿Harán algo más? De momento, es como si el PSOE jugara con dos barajas, una para aprovechar las posibilidades que tiene hoy al alcance de la mano, y la otra para que ello no signifique una hipoteca para el futuro.

Ahora tenemos dos bellezones, Sánchez y Puigdemont, cada uno con su estilo, con su cabellera, los dos con su cobardía, cada cual con sus trampas, con sus odios, y haciendo méritos para ir a la cárcel. Otra cosa es que vayan. Más vale merecer que alcanzar, decía Cervantes.

Esos libros míos

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