miércoles, 21 de agosto de 2013

Los peligros de Twitter

Los hay que piensan que hay personas que nacen buenas y el caso es que es posible que algunas de las personas que piensan así sean buenas.
La bondad requiere esfuerzo y quizá haya que pensar que puede que haya gente que se esfuerce sin darse cuenta.
Lo cierto es que abunda la gente a la que le gusta la impunidad, y ésta no tiene nada que ver con la gente bondadosa. El accidente de Cristina Cifuentes ha sacado a la luz “la bondad” de muchas personas. Incluso las hay que han recordado a Chávez. Algunos de los que se alegraron de la muerte de Franco, lloraron porque murió Chávez, y ríen porque Cifuentes está en estado grave.
Cuando las posibilidades de quedar impune son altas brota de forma espontánea algo que no requiere esfuerzo, como es la maldad.
Hannah Arendt habló de la banalidad del mal. Son muchos los apenas necesitan un leve pretexto para volcar su odio contra alguien. De ahí surgen los tan frecuentes episodios de acoso moral. Probablemente, muchos de los que han lanzado tuits ofensivos contra Cristina Cifuentes, sumándose a la ofensiva contra ella, se ponen serios cuando toca hablar de acoso moral. Y lo condenan firmemente. Como si las cacerías y los acosos no tuvieran nada que ver.
Hubo un grupo de personas, y quizá todavía existe como grupo, que señalaba a otros como jabalíes y una vez hecho esto procuraba humillarlos y finalmente hacerlos huir. Y tenían este cometido como muy noble y adecuado.
Muchos de los que están en Twitter son como las gallinas. Allí donde ven sangre acuden en masa a picar. Y se hacen grandes amistades así, se unen personas “buenas” que no tienen compasión con el “mal”.
Yo tengo una cuenta en Twitter, @Vicente Torres, pero la gasto poco. Si alguna vez detecto que se ataca en masa a alguna de las personas hacia las que no siento simpatía, no me uniré al coro. Los linchamientos no me van. 
 

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