Cuando
Salvador Sostres opina hay que leerle con prevención.
Escribe bien, pero su cerebro no tiene control, por lo que se ve;
puede ser que lo tenga puesto al servicio de sus antojos. Está
acostumbrado a tenerlo todo, porque es de familia rica, y tiene
talento y don para escribir, y los usa para conseguir lo que quiere,
o quizá para vengarse, o acaso para amenazar a quienes se le oponen.
Parece ser que se considera por encima de muchos, porque ve sus
cualidades, pero no sus errores.
Cuando en lugar de opinar da datos hay que leerle con atención. Tiene muchos.
Jordi
Pujol es otra cosa. Tiene una inteligencia puesta al servicio de algo
concreto, que consiste en engatusar a la mayoría para llevarla al
precipicio. Y la lleva. No se le ha visto derramar ni una sola
lágrima por los damnificados de la Banca Catalana. Ni tampoco se le
ha escuchado una palabra de agradecimiento. Él, que siempre habla en
tono tan serio, y tan envuelto por la bandera catalana, suscita el
fervor y la reverencia en las gentes. Fueron muchos los que
invirtieron sus ahorros en la Banca Catalana. Y luego, en lugar de
pedir cuentas y exigir que rodaran cabezas, como suele suceder en
esos casos, votaron a favor de el valor de las acciones se redujera a
cero. Quizá sea un caso único en la historia de la banca mundial.
Claro que Pujol no les dio las gracias a esos accionistas tan
desprendidos. Les hizo creer que habían cumplido con su obligación.
Y
luego el tipo se presentó a las elecciones catalanas y ganó por
mayoría aplastante. Y así está Cataluña ahora.
Salvador
Sostres sabe mucho de los Pujol, y lo va contando. Basta con poner en el buscador Sostres+Pujol y aparecen unas cuantas noticias. No obstante, Pujol
sigue representando su papel. Inmerso en ese personaje aparentemente
tan serio y respetable lanza sibilinas andanadas de odio contra
España. El odio es feo, contra cualquiera que se dirija. Quienes
votan a Pujol o sus sucesores echan piedras contra su propio tejado.
'La muchacha de Catulo'
'Niños, adolescentes y redes sociales'
'El franquismo'
'Hablar en público y en privado'
'El olvido de sí'
'Todo es posible'
'Bélgica'
'Mala farma'
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